Soldados de pintura

Se emplean tácticas y estrategias. Existe una misión y grupos armados que se enfrentan. Las armas son «marcadoras», las balas «pelets» y los soldados no mueren sino que «cantan la baja». Así se recrean situaciones cargadas de adrenalina en una joven disciplina llamada «Paintball» (bola de pintura).

Para llevar a cabo un juego como este es aconsejable un grupo superior a las diez personas, las que serán divididas en equipos enfrentados. El escenario será el campo en el que se desarrolle la misión, que puede ser tomar y defender una torre de comando, el rescate de un rehén o desactivar una bomba. Se trata de situaciones ficticias en torno a las cuales los equipos según el rol que se les asigne desarrollarán diferentes planes de juego.

Cada jugador tendrá una cantidad de bajas permitidas, equivalente a vidas. Sólo cuentan los impactos directos ante lo cual el jugador que los recibe debe cantar en voz alta «la baja». De esta manera se retira del juego y si la misión lo permite podrá reincorporarse una vez más hasta que consiga una «baja definitiva» por lo que quedará fuera de juego hasta otra misión.

Los árbitros son quienes se encargan de que todo se lleve a cabo sin trampas y de que se logre el objetivo de cada escenario. Para los paintballeros este es un juego de «lealtad» en el que no se vale limpiarse la ropa y seguir jugando en lugar de reconocer que se ha recibido un impacto.

En cuanto al equipamiento, están compuestos por máscaras que protegen ojos, nariz y boca, así cómo también las orejas ya que un peletazo a corta distancia puede provocar daños severos. Además, cada jugador tendrá indumentaria (qué varía según el campo de juego al que vaya) y una marcadora, su arma, que trabaja con una pequeña garrafa de CO2 (dióxido de carbono) y un loader (cargador) en donde lleva los pelets, que son unas bolas pintura de 2cm de diámetro.

Según el campo (o empresa que ofrece el juego) el equipo vencedor es aquel que más misiones gana. El juego en total tiene una duración de tres a cuatro horas. La cantidad de misiones varía por campo y las tarifas promedian entre los $100 y los $150 que incluyen el equipamiento y alguna carga de bolas de pintura.

Quienes practican esta disciplina como un deporte tienden a formar sus propios equipos y organizar juegos de práctica habitualmente, y cuentan con un equipamiento profesional.

Las marcadoras que se utilizan para este juego no son todas iguales, las hay de diferentes marcas, funcionamientos, precios y calidades.

¡Una buena propuesta para los amantes de la adrenalina y lo extremo!